¿Son válidos los buzos tipo 5/6 para protegerse frente al coronavirus?
De la misma manera que no te pondrías unas sandalias en un día lluvioso, o un jersey de lana en pleno verano… ¿Por qué elegir un buzo químico sin tener en cuenta los riesgos a los que debes enfrentarte en tu trabajo? Ese es uno de los principales requisitos para conseguir una protección efectiva, evitando de igual modo la poco oída sobreprotección.
Gases tóxicos, líquidos abrasivos, residuos sólidos… la lista de riesgos es muy diversa. Incluso riesgos biológicos como el virus SARS COV-2 pueden amenazar tu seguridad y tu salud de no contar con la protección adecuada en tu ámbito laboral. Es por ello que existen multitud de normativas y diferentes niveles de protección.
Con toda esta variedad, ¿crees que sabrías elegir el buzo adecuado para estar completamente protegido frente a cualquier amenaza?
Un buzo para cada amenaza
Para elegir correctamente el buzo que necesitamos en nuestro ámbito laboral necesitamos saber muy bien a qué amenaza vamos a enfrentarnos. Precisamente estas amenazas son las que ayudan a clasificar los diferentes tipos de buzos y su nivel de protección.
- Tipo 1, buzos impermeables a los gases: Son los más estrictos pues estamos hablando de protección hermética frente a agentes nocivos en forma de gas. Están regulados bajo las normas EN 943-1:2019 y EN 943-2:2019. Los hay con equipo de respiración bajo el traje (1a) o fuera del traje (1b) y con presión positiva interna (1c). Los de tipo 1 ET son trajes de protección química para equipos de emergencia, y los materiales utilizados en su elaboración deben ser resistentes a la permeación (paso a través de la estructura molecular de los materiales) frente a un número determinado de sustancias químicas.
- Tipo 2, no impermeables a los gases: Con arreglo a la norma EN 943-1:2019. Estos buzos protegen contra productos químicos líquidos y gaseosos, incluidos aerosoles líquidos y partículas sólidas.
- Tipo 3, impermeable a líquidos: Con arreglo a la norma 14605:2005+A1:2009. Este buzo protege contra productos químicos líquidos y frente a la exposición a chorros de líquido a presión.
- Tipo 4, impermeable a aerosoles: Con arreglo a la norma 14605:2005+A1:2009. Protege frente a los productos químicos líquidos y la exposición a aerosoles y líquidos pulverizados (no presurizados).
- Tipo 5, partículas sólidas: Con arreglo a la norma EN ISO 13982-1:2004/A1:2010. Ofrece protección contra partículas sólidas en el aire.
- Tipo 6, prestaciones limitadas contra químicos líquidos: Con arreglo a la norma 13034:2005/A1:2009. Protege de la exposición potencial a pequeñas cantidades de pulverizado, vaporización o bajos volúmenes de salpicaduras accidentales. Permiten que el usuario pueda actuar adecuadamente en caso de contaminación.
Muchas empresas ofrecen una protección extra en sus buzos incorporando normativas como:
- EN 14126 contra agentes infecciosos.
- DIN 32781 contra pesticidas.
- EN 1149-1 con propiedades antiestáticas.
- EN 1073-2 contra partículas radioactivas.
Las directrices europeas de protección frente al SARS COV-2
Sin duda alguna, la amenaza más extendida a la que nos hemos tenido que enfrentar recientemente tanto en nuestra vida diaria como en el ámbito laboral es la aparición del virus SARS COV-2. La llegada de esta pandemia ha obligado a desarrollar a contrarreloj protocolos y directrices de prevención para la población y los trabajadores, especialmente los del sector sanitario.
Precisamente la búsqueda de un equipo de protección individual que ofreciera las máximas garantías a los profesionales durante su jornada laboral ha sido una de las mayores prioridades tanto de la Unión Europea como del Ministerio de Sanidad. Estos organismos han determinado que el EPI a utilizar debería proteger frente a la posible salpicadura de fluidos biológicos o secreciones procedentes del contagiado al que se esté tratando.
Dada la protección que se requiere para tratar a enfermos de COVID-19, los buzos que deben ser utilizados por el personal sanitario son los fabricados con arreglo a la norma UNE-EN 14126:2004. Esta norma garantiza que los EPI han sido sometidos a ensayos específicos de resistencia a la penetración de microorganismos. Tanto si se trata de protecciones completas como parciales y con independencia del tipo, lo fundamental es que se elijan medidas de protección cuya designación esté acompañada de la letra B (de biológico).
Estos organismos también contemplan la utilización de delantales de protección química con arreglo a la norma UNE-EN 14605:2009 (tipos PB 3 y PB 4). Además, recomiendan en todos los casos que se trate de EPI desechable para así eliminar posibles fuentes de contagio.
UNE EN 14126, garantía de seguridad
La norma UNE EN 14126 es, sin duda alguna, la principal protección en la que podemos confiar a la hora de enfrentarnos a un riesgo como el SARS COV-2. El hecho de que se trate de una norma que identifica a los EPI como resistentes a la penetración de riesgo bioquímico los ha convertido en los más demandados de los últimos dos años.
De todos los tipos de buzos citados con anterioridad podríamos concluir que los buzos más recomendados para los trabajadores que se exponen en su ámbito laboral al virus son los siguientes:
- Tipo 3B
- Tipo 4B
- Tipo 5B
- Tipo 6B
Estos cuatro tipos de buzos diferentes están fabricados con arreglo a la norma UNE EN 14126 y por lo tanto en su marcado también incluyen la B que indica su idoneidad frente a los riesgos biológicos.
Cómo evitar los riesgos a la hora de utilizar un buzo químico
Tan importante como elegir el buzo químico adecuado para enfrentarse a cualquier riesgo en el ámbito laboral es saber ponérselo y quitárselo de la forma adecuada. Una colocación incorrecta del equipo de protección puede suponer riesgos y limitar la protección que este puede ofrecerte.
Una vez elegido el buzo adecuado para el desarrollo laboral hay que seguir los siguientes pasos para un uso correcto:
- Busca un lugar libre de contaminación para colocártelo.
- Comprueba que en tus bolsillos no hay objetos que puedan dañar el buzo.
- Siéntate y quítate los zapatos para introducir tus piernas en las perneras del buzo.
- Ponte los zapatos de seguridad y ajústalos bien.
- Ponte los guantes de seguridad y súbete el buzo a medida que te levantas de la silla.
- Introduce los brazos en las mangas.
- Colócate el resto del equipo de protección (mascarilla, gafas…).
- Ajusta la capucha alrededor de tu cabeza y cierra por completo la cremallera para una total protección.
Saber desechar correctamente tu buzo químico es igual o más importante que saber colocártelo. Sigue estos pasos cada vez que debas hacerlo.
- Recurre nuevamente a un lugar libre de contaminación.
- Limpia los guantes y las botas como medida de prevención.
- Deshazte de la capucha enrollándola poco a poco hacia atrás, evitando así que la parte exterior del mono roce tu piel.
- Abre la cremallera y sigue enrollando el mono hasta llegar a los brazos y sacarlos de las mangas.
- Después continúa hacia abajo hasta llegar a las perneras y quitártelo completamente.
- Deshazte del buzo en el lugar que se haya indicado para eliminarlo.
- Limpia siempre el espacio utilizado para evitar restos de contaminación.
Elige seguridad
Como ya has podido ver, elegir correctamente tu buzo químico puede marcar la diferencia entre una protección deficiente o una completa. Asegúrate de saber siempre a qué riesgos te enfrentas en tu ámbito laboral antes de optar por un equipo de protección.
En el caso de riesgos biológicos como el SARS COV-2 no importa el tipo de buzo, sino más bien que esté certificado frente la norma EN 14126, por lo que es muy probable que con un tipo 5B y 6B sea más que suficiente para resolver el problema sin tener que gastar un extra de dinero en tipos 3B o 4B con protección frente a riesgos que probablemente no tengamos.
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