ROPA LABORAL DE ALGODÓN Y ROPA LABORAL DE POLIÉSTER
Tanto las características del trabajo que se realiza como el lugar en que se lleva a cabo condicionan en buena parte la jornada laboral. De la misma manera, estos factores condicionan también el tipo de vestuario que se debe utilizar para que el trabajo sea lo más seguro y cómodo posible para los empleados. No necesita el mismo nivel de protección ni los mismos tejidos una persona que trabaje en una cadena de montaje de la industria automovilística, que alguien cuya labor se centre en el ámbito sanitario o en alimentación.
Además de la funcionalidad de las prendas que se utilizan en el ámbito laboral, también juegan un papel muy importante los diferentes tipos de tejidos y fibras en los que se puede realizar el vestuario laboral. Aunque actualmente existen multitud de tejidos y compuestos desarrollados específicamente para algunas profesiones, los más utilizados hoy en día siguen siendo el algodón y el poliéster.
¿Sabes cuáles son las diferencias entre ellos y qué beneficios pueden aportarte?
Algodón y poliéster, la base para un vestuario laboral eficiente
A pesar de que existen numerosas opciones de materiales para la confección de vestuario laboral, tanto el algodón como el poliéster son la base por excelencia. El hecho de ser los más utilizados no los convierte en la mejor opción para la ejecución de todo tipo de trabajos. Lo adecuado para poder elegir correctamente las prendas de tu vestuario laboral es conocer bien los materiales con los que están confeccionadas.
Empecemos por el algodón
Cuando hablamos de algodón nos referimos a una fibra textil de origen vegetal que se obtiene a partir de la cáscara de la semilla del algodón. A medida que esta fibra madura el porcentaje de celulosa que contiene aumenta, lo que le confiere la resistencia por la que se conoce tradicionalmente al algodón.
Aunque la utilización generalizada del algodón en Occidente no se produjo hasta el siglo XVIII y la llegada de la Primera Revolución Industrial, lo cierto es que esta fibra se utilizaba ya hace 8000 años en el continente americano. Si algo ha hecho famosa la fibra del algodón es por sus características:
Confiere buena protección térmica gracias a la estructura hueca de la fibra.
Tiene propiedades termoplásticas, puede recuperar su forma después de calentarse. Por eso es habitual que se agregue a telas de vestuario hechas de fibras sintéticas.
Es más resistente que la lana.
Tiene gran capacidad de absorción de la humedad, esta fibra puede hincharse y aumentar hasta un 40% de su volumen. Además, también aumenta su resistencia.
Se puede tratar con calor húmedo hasta 130ºC.
Si se utiliza sin procesar suele arrugarse y desgastarse con más facilidad.
Es sensible a acción de ácidos inorgánicos y también a la actividad de microorganismos.
Por otra parte, el poliéster
Es otro de los materiales más comunes que pueden encontrarse en el vestuario laboral. El poliéster es una resina plástica que se obtiene del petróleo mediante procesos químicos, de su polimerización se obtiene la fibra con la que se elaboran los tejidos para fabricar prendas de vestir.
A pesar de que se trata de un descubrimiento de mediados del siglo XX ya es uno de los tejidos más utilizados en el vestuario laboral gracias a sus características:
Es un material muy ligero.
Su producción es muy económica.
Resiste muy bien la humedad, no se arruga y se seca rápido.
Se puede combinar con otras fibras como el algodón para conferirle una mayor resistencia.
Se le pueden aplicar tintes y productos químicos sin afectar a sus características principales.
Es elástico y resistente al desgaste.
También es resistente a las altas temperaturas, al moho y a las bacterias.
Teniendo en cuenta las características que presentan ambos materiales, es indudable la posición que tanto el algodón como el poliéster han adquirido como materiales estrella para la fabricación de vestuario laboral.
Sin embargo, aún falta revisar y comparar las posibilidades antes de elegir. ¿Cuál es el material que más conviene elegir para el uniforme de trabajo?
Ventajas y desventajas, ¿cuál es el mejor material para tu profesión?
Ahora que conocemos las características tanto del algodón como del poliéster es relativamente sencillo hacerse una idea general de lo que pueden hacer cada uno de ellos. Junto a esas características también se encuentran algunos inconvenientes que debemos tener en cuenta a la hora de tomar una decisión. Pensar en las necesidades en el ámbito laboral, o si tiene que ser resistente, proporcionar calor y abrigar, ser resistente al agua… Nosotros te daremos algunas pistas:
Si se busca un material que no se arrugue y se lave con facilidad: Hay que saber que no todas las prendas de vestuario laboral toleran el planchado, así que para evitar las arrugas lo mejor es optar por el poliéster. El algodón tarda más en secarse, puede deformarse e incluso encogerse si se lava a temperaturas altas.
Si se precisa un material con resistencia al agua: Teniendo en cuenta que el algodón es un tejido muy absorbente lo mejor es optar por el poliéster gracias a sus propiedades impermeables y a su capacidad de secado rápido.
Si se necesita un material resistente al fuego: Si bien es cierto que sin recibir tratamiento específico alguno, no se puede considerar un material ignífugo, en este caso el algodón sería el ganador ya que el poliéster es un material inflamable. Por este motivo no se utilizan prendas de seguridad de este material, en profesiones que necesiten estar en contacto con fuego o chispas.
Si buscamos prendas que transpiren: Se puede elegir cualquiera de los dos, tanto el algodón como el poliéster tienen una gran capacidad de transpiración.
Por último, si queremos una prenda que proteja frente al frío y abrigue: Aunqu24a elección más simple sería optar por el algodón, lo cierto es que ciertos tipos de tejidos de poliéster como la microfibra proporcionan bastante abrigo para aquellos que trabajen en exterior.
Como se puede ver, la fama del algodón y del poliéster como materiales aptos para prácticamente todo tipo de vestuario laboral es sobradamente justificada. Sin embargo, tal y como hemos dicho hasta ahora, hay que valorar las características del trabajo y las necesidades particulares de un determinado puesto para elegir la más adecuada.